Filed under: biodiversidad, conservación | Etiquetas: biodiversidad, conservación, montaña, parque natural
Si es que las buenas noticias suelen venir por parejas…
No hace cuatro días que supimos que la Diputación de Gipuzkoa se plantea reducir la población de esos molestos buitres que merodean por las peñas de Aizkorri (¡ya era hora!) y hoy nos enteramos de un nuevo y grandioso descubrimiento arqueológico que pone a esta sierra en el lugar de honor que le corresponde:
¡La Primera Guerra Mundial
tuvo uno de sus frentes más activos en Gipuzkoa!
Como lo oyen. El frente occidental, que los estudiosos del tema situaban en la frontera entre Francia y Bélgica, alcanzó tierras guipuzcoanas. Las batallas a las que nos referimos se desarrollaron en 1917 en las campas de Urbia. Un equipo de investigadores de la Fundación Solsticio de Otoño, compuesto por dos arqueólogos y una taxidermista de Durango, ha hallado evidencias que permiten reinterpretar lo que hasta ahora se creían dolinas de disolución. Estas depresiones del terreno no son otras cosa que crateres originados por la explosión de proyectiles de artillería.

El crater del obús en primer término, al fondo Aizkorri
Los objetos hallados en el fondo de los cráteres no dejan lugar a dudas. En las primeras excavaciones, en septiembre del presente año, aparecieron restos de metralla, que desconcertaron a los investigadores e hicieron temer por el éxito de la campaña (cabe recordar aquí que inicialmente los trabajos tenían como objetivo el valorar la idoneidad geológica de la zona para instalar un aquapark). Pero poco después, el 16 de octubre, veía la luz el casco que muestra la fotografía, tornando la incertidumbre en alegría. Un auténtico casco de la Gran Guerra, usado por la infantería francesa y conocido en su tiempo como Casque Adrian.
Debajo del casco se hallaban los restos de su infortunado dueño. Los primeros datos de la autopsia revelan que el soldado se encontraba durmiendo cuando le sorprendió el proyectil (un GR18 probablemente lanzado desde un obús de 210 mm), por lo que es probable que no se apercibiera de la tragedia que se avecinaba. No hay mal que por bien no venga, él perdió la vida y nosotros ganamos una excusa para construir un chiringuito conmemorativo del evento.

Línea de obuses en la Batalla de Urbia
¿¡Qué más se puede pedir!? Ovejas, yeguas, pastores, quesos, frailes,… y ahora ¡un parque temático sobre la Primera Guerra Mundial! La tan ansiada Q de Calidad Turística está mucho más cerca. ¿Quién quiere biodiversidad, Red Natura 2000, flores, bichos y esas vainas pudiendo tener balnearios, teleféricos, spases, fondas y parques eólicos?
¡Pogreso es lo que necesitamos y no tanto ecologista toca-cojones!
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